
Porque de mis manos brota en dolores azules
un manto de insólitas promesas.
Porque el tiempo y el abrazo del destino
me aprisionan el alma y ya siquiera llorar puedo.
Porque el sino del mundo no me acomoda
y el enfermizo devenir del paraíso me destierra
cada vez que intento encausar mi ignorancia.
Porque el idioma me hace temblar los dientes
y justificar mis mañas con teorías certeras,
cada vez se me hace mas difícil.
Porque el silencio no conoce mis gritos
y así, vuelco todas mis irreales aventuras al aire ...
Y porque el cielo me maldijo con el celo de las letras
y el infierno siempre presente,
me nutre de herejías que gustoso,
vomito como perdón de asesinos.
un manto de insólitas promesas.
Porque el tiempo y el abrazo del destino
me aprisionan el alma y ya siquiera llorar puedo.
Porque el sino del mundo no me acomoda
y el enfermizo devenir del paraíso me destierra
cada vez que intento encausar mi ignorancia.
Porque el idioma me hace temblar los dientes
y justificar mis mañas con teorías certeras,
cada vez se me hace mas difícil.
Porque el silencio no conoce mis gritos
y así, vuelco todas mis irreales aventuras al aire ...
Y porque el cielo me maldijo con el celo de las letras
y el infierno siempre presente,
me nutre de herejías que gustoso,
vomito como perdón de asesinos.